NOTA REALIZADA POR: Guillermo Apdepnur
Emerge una nueva fuerza política en General Lavalle Bs. As.
La política en General Lavalle atraviesa un momento de transformación profunda. Lo que comenzó como una grieta dentro del radicalismo tradicional se ha convertido en el nacimiento de una nueva fuerza política que amenaza con alterar significativamente el tablero electoral del distrito.
El protagonista central de esta metamorfosis política es el ex intendente José Rodríguez Ponte, quien tras completar dos gestiones marcadas por el superávit fiscal, ha logrado consolidarse como un referente político de peso. Su evolución desde lo que algunos consideraban un mero “aficionado” hasta convertirse en un estratega político temido por sus adversarios, marca un punto de inflexión en la política local.
Un legado de gestión obstaculizado
Durante su administración, Ponte impulsó proyectos ambiciosos que podrían haber transformado la matriz productiva del distrito: la reactivación del puerto local, el desarrollo de un parque industrial y un innovador proyecto de manejo de aguas, donde una parte consiste en generar un reservorio de agua dulce, donde se invitó en su momento la presencia de ingenieros Holandeses que desarrollaron un pormenorizado resumen hídrico en la región.
Sin embargo, estas iniciativas encontraron una férrea resistencia en el propio Concejo Deliberante, donde concejales de su mismo partido -a quienes Ponte calificó duramente como “militontos”- fueron incapaces de defender las ordenanzas cruciales enviadas por el ejecutivo. Recordemos que en varias entrevistas Ponte calificó estos truncados proyectos como FRUSTRACIONES políticas.
La nueva configuración política
El movimiento que hoy lidera Ponte, denominado “Radicalismo Lavalle”, trasciende las estructuras partidarias tradicionales. Se ha convertido en un espacio que aglutina a ex afiliados radicales, simpatizantes desencantados, independientes y ciudadanos de diversas extracciones políticas que encuentran en el programa económico del presidente Javier Milei y La Libertad Avanza una alternativa a décadas de fracasos económicos.
La presencia de referentes como Andrea Turconi, figura con fuerte arraigo social en la comunidad, fortalece esta nueva construcción política que se define por su férrea defensa de la libertad y su oposición a lo que consideran males enquistados en el sistema: la corrupción sistémica, la pobreza estructural y el continuismo de los partidos tradicionales.
El contraste con la gestión actual
En el otro extremo del espectro político, la administración de Nahuel Guardia -actual intendente y ex presidente del Concejo Deliberante durante la gestión de Ponte- exhibe una preocupante ambigüedad política. Su capacidad para mantener vínculos simultáneos con el gobernador peronista Axel Kicillof y con representantes de La Libertad Avanza genera dudas sobre su verdadera orientación ideológica. La presencia en su gabinete de figuras controversiales como Nicolás Taucedo, conocido por sus conflictos con el sector trabajador, profundiza estas inquietudes.
Una batalla ideológica de fondo
La ruptura del radicalismo lavallense representa mucho más que una simple disputa partidaria. Es el reflejo de una batalla ideológica donde se enfrentan dos visiones antagónicas: por un lado, la de Ponte, quien se ha alineado con las ideas libertarias y mantiene objetivos claros de desarrollo económico; por otro, la de Guardia, quien parece priorizar las alianzas estratégicas por sobre la coherencia ideológica.
El nuevo espacio político liderado por Ponte se posiciona además como un férreo defensor de la alternancia democrática, criticando no solo el enquistamiento de dirigentes sindicales, sino también los intentos del gobierno provincial por reinstaurar la reelección indefinida de intendentes.
Perspectivas futuras
Esta reconfiguración del mapa político local plantea desafíos significativos para el radicalismo tradicional. La capacidad de Ponte para mantener influencia en sectores clave de la comunidad, incluso desde fuera del gobierno, sumada a su exitosa construcción de un espacio político amplio y diverso, sugiere que el futuro electoral en General Lavalle podría experimentar cambios sustanciales.
La evolución de esta nueva fuerza política representa un fenómeno que trasciende las estructuras partidarias tradicionales, canalizando un descontento generalizado y una genuina búsqueda de renovación en la política local. El tiempo dirá si esta transformación logra traducirse en resultados electorales concretos, pero sin duda, la política lavallense ya no es la misma desde la emergencia de este nuevo espacio liderado por Rodríguez Ponte.