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El Radicalismo Frente al Espejo: Reflexiones de Leandro Alonso sobre su Futuro

Leandro Alonso, exconcejal de la Unión Cívica Radical (UCR) en el Partido de La Costa, lanzó un análisis crítico sobre la situación actual del partido, cuestionando la coherencia ideológica de algunos dirigentes y ofreciendo una mirada reflexiva sobre los desafíos que enfrenta el radicalismo.

Sus palabras, impregnadas de nostalgia por los principios históricos y de advertencias sobre el oportunismo político, invitan a un debate profundo sobre el futuro de uno de los partidos más importantes de la Argentina.

El peligro del oportunismo político

Para Alonso, las alianzas coyunturales que varios dirigentes radicales han establecido con figuras como Javier Milei son un síntoma de la crisis de identidad que atraviesa el partido. “Figuras como Yrigoyen y Alfonsín, y el radicalismo en general, han sido constantemente insultadas por el Presidente”, afirmó, en alusión al rechazo que Milei ha expresado hacia los líderes históricos del radicalismo.

El exconcejal destacó que no se trata de un fenómeno nuevo. En 2006, muchos radicales se alinearon con el kirchnerismo bajo la Concertación Plural, dejando al partido en una situación de debilidad institucional que requirió intervenciones en varias provincias.

Ahora, advierte Alonso, algunos de esos mismos dirigentes han encontrado refugio en la nueva ultraderecha, repitiendo una historia de traiciones que, según él, “solo benefician a corto plazo a quienes buscan perpetuarse en el poder”.

La ausencia de liderazgos como Alfonsín

Una de las reflexiones más sentidas de Alonso es sobre el vacío que dejó la figura de Raúl Alfonsín. “Raúl vivía, y con su gran esfuerzo, recorriendo comités y haciendo actos, nos aglutinó y ayudó a seguir adelante”, recordó. Alfonsín, con su convicción y trabajo incansable, logró mantener unido al partido en momentos críticos. Hoy, sin esa guía, el radicalismo parece navegar sin un rumbo claro.

Para Alonso, la falta de un liderazgo sólido y coherente agrava las divisiones internas, dejando al partido expuesto a los intereses de aquellos que priorizan los cargos por encima de los ideales.

Volver a los principios históricos

En su reflexión, Alonso subraya la importancia de valores como el krausismo (corriente filosófica que promueve la búsqueda de la perfección individual y colectiva a través del conocimiento, la ética y la educación, inspirando valores de justicia, libertad y progreso social), el progresismo y la socialdemocracia, pilares del radicalismo que no deben quedar relegados a meras referencias históricas. “Estas no son solo palabras, sino ideas fundamentales de la sociedad en la que queremos vivir”, afirmó.

Sin embargo, Alonso no ignora las dificultades de reconstruir un partido que atraviesa una profunda fragmentación. Reconoce que las maniobras oportunistas, lejos de ser exclusivas del radicalismo, afectan a otros espacios políticos como el PRO y el peronismo, lo que plantea un desafío estructural para la política argentina.

Un llamado a la militancia

Alonso apuesta a que el radicalismo recupere su esencia a través del compromiso de sus militantes. “Quienes seguimos pensando en estos ideales tendremos que actuar en consecuencia. Con algunos años más, quizás algunas fuerzas menos, pero con muchos jóvenes que merecen tener la misma UCR que alguna vez tuvimos”, expresó.

El exconcejal no solo invita a mirar al pasado como una fuente de aprendizaje, sino también a proyectar un futuro donde el partido recupere su capacidad de ofrecer una alternativa política sólida, lejos del oportunismo y las alianzas vacías.

¿Puede el radicalismo reinventarse?

Las reflexiones de Alonso plantean una pregunta urgente: ¿es posible que el radicalismo recupere su identidad y su relevancia en la política nacional? Para lograrlo, deberá superar las divisiones internas, abandonar la lógica del cortoplacismo y volver a sus principios fundacionales.

El desafío no es menor, pero Alonso confía en la capacidad de los militantes para construir un partido a la altura de su historia. En sus palabras, queda claro que el radicalismo aún tiene un papel que jugar en la construcción de una Argentina más justa y democrática. Sin embargo, el tiempo dirá si logra estar a la altura de esa responsabilidad.