El 13 de julio de 1973, Héctor Cámpora anunciaba que se terminaba su presidencia. Un ciclo muy escueto, que apenas se extendió durante 49 días. La tensión social e interna del movimiento, precisaba que Juan Domingo Perón volviera a la Casa Rosada. Con ese objetivo en común -y como siempre ayudando al movimiento justicialista-, el “Tío” decidió dar un paso al costado para posibilitar la realización de elecciones, en las cuales podría participar el General luego de la proscripción recibida por la Revolución Libertadora, tras derrocarlo el 16 de septiembre de 1955. “Si dios le da salud, dedicará los últimos años de su vida a servir a la patria”, anunció el Pocho aquella noche invernal tras la asunción interina de Raúl Lastiri.
“El reencuentro del general Perón con su pueblo, en el ejercicio pleno, real y formal, de su indiscutida conducción. Ahora que el General Perón está definitivamente en el suelo patrio, ese deseo del pueblo debe tener ocasión de manifestarse, sin vallas ni limitaciones de ninguna especie. Así se lo expresé personalmente al general Perón el 21 de junio, luego de su arribo al país”, explicó Cámpora.
“Hoy he presentado al Honorable Congreso de la Nación mi renuncia irrevocable para posibilitar el reencauzamiento de un proceso que fue distorsionado por la incomprensión cuando el Frente Justicialista de Liberación se vio privado de postular como candidato a la primera magistratura de la patria al General Perón”, agradeció el Hector Campora “El Tío”.
Fuente Agenda Peronista
El breve gobierno de Cámpora se destacó por el Pacto Social entre sindicatos y empresarios, pero su posición se debilitó por los inconvenientes internos entre diferentes sectores que quedaron reflejados en la “Masacre de Ezeiza”, cuando se produjo el regreso de Perón al país y hubo 13 fallecimientos. A los pocos días, el “Tío” presentó su renuncia y se alejó de la política. La historia posterior es conocida: en las próximas elecciones, el “General” pudo presentarse, acompañado por su esposa María Estela Martínez, y ganar de manera contundente con el 62%. Asumiría la presidencia por tercera vez el 12 de octubre de 1973.
Cámpora había llegado a la Casa Rosada tras realizar una intensa campaña, que comenzó el 21 de enero de aquel año en el parque municipal de su querido San Andrés de Giles, donde se juntaron 30.000 personas para escuchar su discurso bajo los lemas “Cámpora al gobierno, Perón al poder” y “Liberación o dependencia”. Las semanas pasaron y se dio el resultado esperado el domingo 11 de marzo. La fórmula Cámpora-Solano Lima logró el 49,56% de los votos, más del doble de los sufragios que recibieron Ricardo Balbín y Eduardo Gamond, de la Unión Cívica Radical: 2.537.605, o sea, el 21,29%. A pesar de ello, debía realizarse un balotaje porque la dictadura había determinado que el ganador debía superar el 50%, pero el 30 de marzo el radicalismo declinó de participar de la segunda vuelta.
“Desde lo más profundo de mi corazón, mi agradecimiento noble y puro al pueblo y al General Perón por la alta distinción de que me hicieran objeto”, dijo Cámpora al anunciar su renuncia.
Tras presentar la renuncia, Cámpora se alejó de los primeros planos y una vez ocurrido el Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, debió pedir asilo político en la embajada de México. Estuvo cerca de tres años hasta que los dictadores le permitieron salir del país. Viajó hacia tierra azteca, donde vivió exiliado hasta su muerte. “El ex presidente argentino Héctor J. Cámpora, de 71 años, falleció a las tres de la madrugada de ayer en la localidad mexicana de Cuernavaca, donde se encontraba descansando desde hace veinte días en compañía de su familia. Aquejado de cáncer de garganta desde hace algunos años, la muerte le sobrevino por una insuficiencia respiratoria aguda, provocada por una metástasis de pulmón”, describió el diario español “El País” sobre del deceso del “Tío” el 19 de diciembre de 1980, lejos de su país y el pueblo, que lo había llevado a la presidencia.
