Comparte en tus redes

Por Guillermo Apdepnur

San Clemente del Tuyú, 21 de marzo de 2025

Esta mañana, alrededor de las 10 de la mañana, una majestuosa tortuga terrestre ( Dermochelys coriacea ) fue encontrada muerta en el sector Playa Grande, del barrio Filsa de San Clemente del Tuyú. El ejemplar de esta especie vulnerable -la tortuga marina más grande del mundo- quedó fatalmente enredado en una «red fantasma», término utilizado para describir las redes de pesca abandonadas o perdidas en el mar.

El descubrimiento fue realizado por vecinos que caminaban por la playa, quienes inmediatamente alertaron a las autoridades locales. Según los primeros reportes, la tortuga presentaba signos de asfixia, la causa más común de muerte cuando estos animales quedan atrapados y no pueden salir a la superficie a respirar.

Especies vulnerables en peligro

La tortuga laúd está catalogada como “Vulnerable” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y figura en el Apéndice I de la CITES, que prohíbe su comercio internacional. Con una capacidad de alcanzar hasta 3 metros de longitud y 800 kilogramos de peso, estos gigantes marinos son fácilmente reconocibles por su aspecto coriáceo con siete crestas longitudinales y su coloración predominantemente oscura con manchas blancas.

“Es una tragedia perder un ejemplar de tortuga. Son animales altamente migratorios que pueden recorrer miles de kilómetros entre sus zonas de alimentación y reproducción”, explica bióloga marina del Programa de Conservación de Fauna Marina. “Su presencia en nuestras costas es poco frecuente y suele estar relacionada con sus rutas migratorias en busca de alimento”.

El peligro invisible de las redes fantasma

Las redes fantasma representan una de las amenazas más insidiosas para la fauna marina. Fabricados con materiales sintéticos no biodegradables, pueden permanecer activos durante décadas, capturando indiscriminadamente peces, mamíferos, aves y tortugas marinas.

“Estas redes siguen pescando aunque nadie las controle. Para especies como las tortugas marinas, que necesitan salir a la superficie para respirar, quedar atrapadas significa una muerte segura por asfixia”, advierte del Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Marina de la región.

Los expertos estiman que miles de toneladas de aparejos de pesca se pierden o abandonan cada año en los océanos del mundo, convirtiéndose en trampas mortales para innumerables especies marinas.

Si encuentras un anmal marino en la costa, ya sea en peligro, herida o desorientada: 🛑 NO TE ACERQUES – Mantén una distancia prudente de al menos 10 metros, y evita que otros animales como perros se acerquen y molesten al animal, 🚫 NO TOQUES al animal ni intentes devolverlo al agua por tu cuenta 📱 ACTÚA RÁPIDO – Comunícate de inmediato con profesionales Llama a la Fundación Mundo Marino al 02257 52 1734 Tu llamada puede salvar una vida. Los expertos cuentan con el entrenamiento y equipamiento necesario para evaluar la situación y brindar la ayuda adecuada. Recuerda: Incluso con buenas intenciones, la intervención de personas sin experiencia puede causar más daño que beneficio.

Proteger nuestra fauna marina es responsabilidad de todos.

Un llamado a la acción

Este lamentable suceso refuerza el llamado urgente a las organizaciones ambientalistas para que implementen regulaciones más estrictas a las actividades pesqueras y desarrollen programas efectivos para retirar estos peligrosos desechos del mar.

“Necesitamos fortalecer la legislación sobre el manejo responsable de los artes de pesca, pero también programas de educación para los pescadores y la comunidad en general”.

Las autoridades de San Clemente del Tuyú han reiterado la importancia de que la ciudadanía reporte de inmediato cualquier incidente de fauna marina enredada – viva o muerta – o redes abandonadas en las playas. Para ello, puede contactar Llama a la Fundación Mundo Marino al 02257 52 1734.

«Lo más triste es que estamos hablando de muertes completamente evitables». Estas tortugas han sobrevivido millones de años en nuestros océanos. No podemos permitir que nuestra negligencia las lleve a la extinción.