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Guillermo F. Apdepnur

La Unión Cívica Radical (UCR) de la provincia de Buenos Aires se encuentra sumida en una profunda crisis tras las recientes elecciones internas para la conducción del partido. La disputa entre las facciones lideradas por Maximiliano Abad y Martín Lousteau ha escalado a niveles preocupantes, poniendo en jaque la unidad del histórico partido.

Resultados controvertidos

Según la Junta Electoral de la UCR, la lista encabezada por Miguel Fernández y Elsa Llenderrozas, respaldada por Abad, se impuso con el 51,6% de los votos sobre la fórmula de Pablo Domenichini y Nazarena Mesías, apoyada por Lousteau y Facundo Manes, que obtuvo el 48,4%.

Sin embargo, el bando perdedor no acepta estos resultados y ha anunciado su intención de impugnar el escrutinio definitivo. Alegan irregularidades en el proceso, especialmente en distritos clave como Quilmes, donde aseguran haber obtenido una victoria contundente.

Intervención judicial

El juez federal Alejo Ramos Padilla intervino en la disputa, exigiendo que en futuras elecciones se publiquen los resultados provisorios de todos los distritos. Esta decisión responde a las acusaciones de la lista opositora, que denunció la falta de transparencia en la publicación de datos en ciertos municipios.

Acusaciones cruzadas

Ambos sectores se acusan mutuamente de fraude. Mientras los seguidores de Abad celebran su victoria y llaman a la unidad, los partidarios de Lousteau y Manes insisten en que se intenta «robar la elección» y defienden la validez de sus propias actas.

Impacto en el Partido de la Costa

La disputa ha tenido repercusiones incluso en el Partido de la Costa, donde la presidenta local de la UCR Yamila Coppola, ha criticado la presencia de fiscales enviados por el diputado Matías Civale, aliado de Manes y Lousteau. «Coppola: Considero que fue un gran error de la junta electoral permitir que vinieran fiscales de otros distritos. Si un espacio no tiene representación o estructura en un distrito, no deberían poder fiscalizar allí. Esto da lugar a acusaciones de fraude que no le hacen bien a nadie.» declaro Coppola.

Esta situación refleja las tensiones entre las diferentes líneas políticas del radicalismo y cómo estas afectan incluso a los distritos más alejados de la capital provincial.

Análisis

Esta crisis interna de la UCR bonaerense podría tener consecuencias significativas para el partido a nivel provincial y nacional. La falta de consenso y las acusaciones de fraude debilitan la imagen del radicalismo en un momento crucial, con miras a las elecciones de 2027.

Además, la disputa entre las facciones de Abad y Lousteau-Manes refleja una lucha más amplia por el control y la dirección futura del partido. Mientras el sector de Abad parece apostar por una identidad más tradicional del radicalismo, la línea de Lousteau y Manes busca una renovación y un reposicionamiento del partido en el escenario político nacional.

El desafío para la UCR será encontrar un camino de unidad y renovación que le permita presentarse como una alternativa viable de gobierno, tanto a nivel provincial como nacional, sin perder su identidad histórica. La resolución de esta crisis interna será crucial para determinar el papel que el radicalismo jugará en la política argentina en los próximos años.

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