Comparte en tus redes

Después de una ardua batalla por la justicia que se extendió por dos décadas, finalmente se ha dado a conocer el veredicto en el caso del último policía acusado por el brutal femicidio de Natalia Melmann en la localidad de Miramar.

Ricardo Panadero, exsargento de la Policía Bonaerense, enfrenta cargos por su presunta participación en el crimen que conmocionó al país.

El cuerpo de Natalia fue descubierto el 8 de febrero de 2001, enterrado en un montículo de hojas secas en el vivero “Florentino Ameghino”.

La autopsia reveló las horribles secuelas de tortura y violación sufridas por la joven antes de ser asfixiada con el cordón de su propia zapatilla.

A lo largo de los años, tres policías involucrados en el caso, Ricardo Suárez, Oscar Echenique y Ricardo Anselmini, ya han sido condenados a prisión perpetua.

Además, Gustavo Fernández, conocido como “El Gallo”, recibió una sentencia de 25 años de prisión por su complicidad en la entrega de Natalia a sus asesinos.

Inicialmente, Ricardo Panadero fue sobreseído en 2002, pero posteriormente esta medida fue revocada. En 2018, se llevó a cabo su primer juicio, resultando absuelto.

Sin embargo, la fiscalía y la familia de Natalia apelaron la decisión, lo que llevó a la anulación de la absolución y a la orden de un nuevo proceso judicial.

En este segundo juicio, Panadero enfrenta cargos de “privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual agravado y homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía, en concurso con dos o más personas para procurar su impunidad”.

Los padres de Natalia Melmann han reiterado su deseo de que se haga justicia y se condene al acusado: “Espero que lo condenen, hace 22 años que lo venimos cruzando acá en el pueblo”, expresaron con dolor.

Este caso ha sido un emblema en la lucha contra la violencia de género en Argentina.

La sentencia dictada al último acusado representa un paso crucial en la búsqueda de justicia para Natalia y su familia, y es un firme mensaje en la batalla por erradicar la impunidad en casos de femicidio.

La historia de Natalia Melmann ha dejado una profunda huella en la sociedad y continúa siendo un recordatorio constante de la importancia de combatir la violencia de género y proteger los derechos de las mujeres.