La situación alimentaria en Argentina está alcanzando niveles alarmantes, según advirtió Alejandro Gramajo, secretario general de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), en una reciente entrevista con Es un Montón en Radio Provincia AM1270. “Estamos al borde de una de las peores crisis humanitarias”, afirmó Gramajo, subrayando la gravedad del contexto actual, donde la falta de acceso a alimentos básicos y el deterioro social están afectando a millones de argentinos.
En su conversación, Gramajo no se guardó críticas hacia el gobierno nacional, acusándolo de “desfinanciar y desabastecer la política alimentaria”. Estas declaraciones surgen luego de que la Cámara de Casación rechazara un recurso del Ministerio de Capital Humano para llevar a la Corte Suprema un fallo que los obliga a distribuir alimentos almacenados en los depósitos. “Nos sorprende la actitud del gobierno. La instancia que queda es que les allanen los galpones y entreguen la mercadería a la fuerza”, lamentó el dirigente sindical.
La situación es desesperante en los comedores populares, donde, según Gramajo, “la gente se pelea por un plato de comida”. Esta imagen, que podría parecer exagerada, es, en realidad, un reflejo del profundo deterioro social que vive Argentina. “El gobierno está subestimando lo que le está pasando a la mayoría del pueblo”, denunció, haciendo eco del dolor y la desesperación que se sienten en los barrios más vulnerables.
La entrevista tomó un giro aún más crítico cuando Gramajo señaló la actitud de la administración de Javier Milei, acusándola de confrontar deliberadamente con las organizaciones sociales y los trabajadores sindicalizados. “No es casualidad”, afirmó, “Milei encabeza un modelo que necesita desmovilizar, desorganizar y destruir a la sociedad, en favor de los grandes grupos económicos”. Esta postura, según el secretario general de la UTEP, está llevando al país hacia un escenario de creciente conflictividad, donde la falta de canales para resolver problemas económicos y sociales está aumentando la tensión en las calles.
Para Gramajo, la situación actual es insostenible y exige una respuesta inmediata. “Estamos peleando para que no le falte el pan a ninguna familia en una Argentina donde 25 millones de personas están en situación de pobreza, 10 millones son indigentes, 7 de cada 10 chicos son pobres, hay situación de desnutrición y más de un millón de chicos se van a dormir sin cenar”. Estas cifras son una alarmante evidencia del fracaso de las políticas alimentarias actuales y de la necesidad urgente de un cambio de rumbo.
El dirigente sindical concluyó su intervención con una advertencia sombría pero realista: “Estamos al borde de una de las peores crisis humanitarias porque el nivel de descomposición que está generando la falta de asistencia social, hace que la gente se deprima, caiga en el consumo, intente suicidarse, salga a robar, caiga en los prestamistas o en manos de los narcos”. La realidad que describe Gramajo es una llamada de atención para todos los sectores de la sociedad, que no pueden darse el lujo de ignorar la magnitud del sufrimiento que se está gestando en las filas de los más vulnerables.
Las palabras de Gramajo resuenan como un grito de auxilio, instando al gobierno y a la sociedad a reflexionar y a actuar con la urgencia que la situación requiere. La pregunta que queda es si la administración actual está dispuesta a escuchar y a responder antes de que sea demasiado tarde.