Con su compromiso y trabajo en la periferia, Julio Aguiar, Ángel “Lito” Borello, y Carina Maloberti están demostrando que la iglesia puede estar presente en la vida de las personas más allá de los muros de la parroquia y que, como decía el Papa Francisco, “la misión de la Iglesia es salir de sí misma y salir hacia las periferias existenciales”.
Julio Aguiar, párroco de la iglesia San Clemente Romano, fue designado hace un par de años en esta localidad por el obispo Carlos Malfa. Desde entonces puso la iglesia en salida siguiendo los lineamientos del magisterio del Papa Francisco que enfoca la misión en las periferias sociales y existenciales.
Además, se lleva adelante la construcción de una capilla en la escuela Seferino de San Clemente. Todo esto es posible gracias al compromiso de la comunidad parroquial y al liderazgo del párroco Julio Aguiar en la aplicación de los principios del Papa Francisco en la iglesia local.
Aunque no tomaron protagonismo, el matrimonio militante, Ángel “Lito” Borello, miembro de Misioneros de Francisco, y Carina Maloberti, secretaria general de ATE-SENASA, fueron claves en el proceso de la iglesia en salida. Ellos no eligieron el centro, sino que fueron a la periferia donde viven los pescadores artesanales, quienes salen de a dos o tres con pequeñas embarcaciones en busca de exquisitas y baratas lisas o corvinas negras, que conviven entre grandes terrenos donde pastorean caballos que son de ayuda para la movilidad familiar y labores cotidianas.
“Lito” y Carina, que hace un año impulsaron “FOGATA-Cuidadores y Cuidadoras de la Casa Común” en un predio frente a los inmensos médanos de la Reserva de Punta Rasa, recibieron a estudiantes secundarios católicos y miembros de los movimientos populares alrededor de un fogón como lugar de encuentro, escucha y lectura de la encíclica Laudato Si. Esta iniciativa ha sido una forma de acercar a la comunidad a la reflexión sobre el cuidado del medio ambiente y la importancia de trabajar juntos en la construcción de un futuro más justo y sostenible.
Fue una misa interactuada. Uno de los estudiantes respondió una pregunta con la palabra clave: “capilla”. Porque la comunidad parroquial aceptó la iniciativa del Movimiento Misioneros se Francisco, de construir junto a la escuela, la casa de Dios. “Así como ustedes tienen aulas para estudiar y una casa para vivir en familia. Dios quiere un lugar para el encuentro con ustedes los estudiantes, para las familias de estas barriadas y para todos los visitantes que pasan por aquí.
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