Designado por impulso de Cristian Beneito y de Alejandro Rabinovich, referentes de La Libertad Avanza en la Quinta Sección Electoral, Bilanovic Sakic asume un cargo clave pese a sus antecedentes controvertidos y vínculos con el kirchnerismo local.
El nombramiento de Tomás Bilanovic Sakic como nuevo director del PAMI en General Lavalle no solo sorprende: incomoda. Avalado por el oficialismo nacional y propuesto por Alejandro Rabinovich —uno de los principales operadores de La Libertad Avanza en la Quinta Sección Electoral—, el caso plantea interrogantes incómodos sobre los criterios reales detrás de ciertas designaciones.
¿Puede un funcionario con pasado activo en el kirchnerismo costero y hoy ferbiente representante de La Libertad Avanza en Lavalle !—del que hoy nadie parece querer hacerse cargo— ser reciclado sin explicaciones en un cargo sensible de otro distrito? ¿Quién decidió su regreso, y bajo qué argumentos?
Bilanovic Sakic fue funcionario del Partido de La Costa, donde ocupó cargos como director de Inversiones y del Polo Productivo hasta hace 6 meses . Su salida de la gestión se dio bajo la figura de “disponibilidad administrativa”, una decisión que nunca fue aclarada del todo, pero que en el lenguaje político suele equivaler a una remoción encubierta.
Hoy, lejos de aquel rol institucional, se lo conoce públicamente por su actividad como DJ en Santa Teresita. No consta ninguna formación o desempeño reciente que justifique su colocación al frente del organismo nacional de atención a jubilados y pensionados en General Lavalle, un municipio distinto al de su trayectoria anterior.
¿Es lógico que un cargo público de tal responsabilidad se asigne a alguien sin vínculo con la comunidad lavallense, ni con el área de salud, ni con la gestión previsional? ¿O se trata de una movida de recambio político encubierta entre municipios?
La designación, promovida por Rabinovich —quien se presenta como defensor del “fin de la casta”—, parece reproducir las lógicas de nombramientos a dedo que tanto se prometieron erradicar. ¿Qué tipo de auditoría ética y técnica se aplica realmente al interior del nuevo oficialismo?
Lavalle y La Costa son municipios con historias, realidades y gestiones distintas. Que una figura política sin base local sea colocada en una oficina tan sensible en nombre de una supuesta renovación, obliga a preguntar: ¿renovación de qué?
El PAMI no puede ni debe ser una oficina de favores políticos. Mucho menos un espacio de reciclaje partidario. La comunidad de General Lavalle —y los jubilados en particular— merecen respuestas claras. ¿Quién rinde cuentas por esta decisión? ¿Dónde queda la meritocracia que el gobierno nacional promete defender?
La transparencia empieza por casa. Y esta vez, esa casa es el PAMI de General Lavalle.
NOTA CONTEXTUAL, de carácter INFORMATIVO:
La dimensión familiar tampoco resulta irrelevante. El apellido Šakić está asociado a hechos históricos de extrema gravedad vinculados a crímenes de lesa humanidad cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Según archivos judiciales y registros históricos, su abuelo formó parte del régimen nazi-croata y se radicó en Argentina tras la guerra, siendo luego extraditado y condenado por tribunales internacionales en La Haya por su participación en actos genocidas ocurridos en territorio ucraniano.
Por supuesto, en un Estado de Derecho sería inadmisible e injustificable atribuir responsabilidad personal por vínculos de parentesco o herencias genealógicas. Hacerlo sería no solo absurdo, sino también violatorio de garantías constitucionales básicas. No obstante, ¿es institucionalmente saludable ignorar por completo la carga simbólica que conlleva este antecedente al momento de asignar funciones públicas vinculadas al bienestar de personas mayores, precisamente las más afectadas históricamente por aquel horror?