Comparte en tus redes

Por Guillermo Apdepnur


La jornada de capacitación, organizada por la Diócesis de Chascomús a cargo Monseñor Juan Ignacio Liébana:dirigida a docentes, familias y actores sociales, se realizó en la ciudad de Dolores con una figura central: la hermana Martha Pelloni, de 84 años, reconocida por su lucha histórica contra la trata de personas, el abuso institucional y la violencia estructural.

Durante su exposición, Pelloni se centró en lo que considera la nueva y más preocupante modalidad delictiva: la trata cibernética. “Estamos investigando la venta de niños por internet. En muchos casos, los chicos provienen de hogares vulnerables y quedan bajo la tutela del Estado. Pero hay jueces corruptos que los entregan. Es un negocio enorme”, denunció.

Según Pelloni, esta forma de crimen organizado mueve cifras comparables al narcotráfico. “Es la otra cara de una misma lógica de mercado que cosifica vidas humanas”, sentenció. A través de testimonios e investigaciones de la ONG que lidera, Infancia Robada, la religiosa reveló patrones que se repiten en diferentes provincias, donde el desamparo social es terreno fértil para redes que trafican menores.

Uno de los casos recientes que la conmovió —y que tuvo gran repercusión mediática— fue la desaparición de Loan Peña, un niño de Corrientes. Pelloni no dudó en calificar la situación como un encubrimiento político: “Sigo creyendo en la jueza del caso, pero el gobernador de Corrientes está cubriendo a los responsables”.

En su análisis, señaló como principales implicados al exmarino Carlos Pérez, a quien definió como “uno de los gestores del tráfico de este nene”, y al comisario Walter Maciel, de la localidad de 9 de Julio.


Infancia Robada fue fundada en 2008, motivada por denuncias reiteradas sobre robo y venta de niños, especialmente en zonas rurales del país. Desde entonces, la red ha articulado equipos de trabajo en todo el país, documentando casos, acompañando a familias víctimas y exigiendo respuestas al sistema judicial.

“La violencia es el núcleo de todas las problemáticas que tenemos en el país”, remarcó Pelloni, quien sostiene que el fenómeno se expresa en distintos ámbitos: “Hay violencia cuando a una familia le secuestran un hijo, violencia en la justicia cuando venden a ese niño por internet. Y hay violencia estructural en la economía, la salud, la educación”.


Para Pelloni, el único camino posible es la prevención educativa y el compromiso colectivo: “La violencia se aprende, pero también se puede desaprender. Nadie nace violento, pero en esta sociedad la violencia se ha naturalizado. Y como es un problema de todos, todos tenemos que estar involucrados en transformarlo”.

Con la fuerza de sus palabras y la solidez de su trayectoria, la hermana Pelloni volvió a poner en el centro de la agenda una verdad incómoda: la trata de personas es un crimen silenciado que persiste al amparo de la impunidad. Y su erradicación solo será posible si la sociedad decide no mirar para otro lado.