
En un movimiento estratégico que coincide con el histórico 17 de octubre, Día de la Lealtad Peronista, el gobernador bonaerense Axel Kicillof aprovechó la entrega de viviendas en Almirante Brown para posicionarse como una de las principales figuras del peronismo con miras al futuro político de la Argentina.
El acto, que incluyó la entrega de 14 viviendas a personal policial, sirvió como plataforma para que Kicillof marcara un claro contraste con las políticas del gobierno nacional, en un momento donde el peronismo busca reestructurarse y definir sus nuevos liderazgos. En un contexto donde también la vicepresidenta Victoria Villarruel y el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, han mostrado sus aspiraciones para liderar el Partido Justicialista, la jugada de Kicillof no pasa desapercibida.

El gobernador bonaerense eligió un mensaje que combina gestión con crítica política: «Mientras dicen que están ajustando a la casta, eliminan la obra pública y las transferencias a las provincias», señaló, posicionándose como defensor de un modelo de Estado presente y en clara oposición a las políticas de ajuste del gobierno actual.
Este posicionamiento no es casual. La provincia de Buenos Aires, con su peso electoral y político, históricamente ha sido un trampolín hacia la política nacional. La gestión de Kicillof, enfocada en la obra pública y políticas sociales, parece estar construyendo una plataforma sólida con vistas a las elecciones legislativas de 2025 y, potencialmente, la presidencial de 2027.
El timing del mensaje tampoco es fortuito. En el Día de la Lealtad, fecha emblemática del peronismo, Kicillof se muestra como continuador de las políticas sociales tradicionalmente asociadas al movimiento, mientras construye un perfil propio que lo diferencia tanto del gobierno actual como de otras figuras del espacio peronista.
El acto en Almirante Brown, que contó con la presencia de funcionarios provinciales y locales de peso, demuestra también la capacidad de Kicillof para mantener unificado el peronismo bonaerense, factor crucial para cualquier aspiración nacional futura.
La carrera por el liderazgo del PJ se presenta como un primer paso en la reorganización del peronismo de cara a los próximos desafíos electorales. En este contexto, Kicillof parece estar jugando sus cartas con precisión, combinando gestión provincial con proyección nacional, en un momento donde el peronismo busca nuevos referentes que puedan reconectar con sus bases históricas y ofrecer una alternativa viable para el futuro.