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En un contexto nacional marcado por la fragmentación social, el intendente Juan de Jesús convocó a los referentes del Consejo Pastoral para articular una red de acción conjunta contra la violencia, el suicidio, las adicciones y la soledad. La espiritualidad como puente territorial.


Por Guillermo Apdepnur | 19 de junio de 2025

En un movimiento estratégico y poco frecuente dentro de la política local, el Partido de La Costa dio un paso firme hacia la construcción de redes comunitarias sólidas. Lo hizo a través del programa “Comunidades de Fe”, una iniciativa que articula al Estado municipal con las Iglesias y comunidades religiosas distribuidas en todo el territorio. La propuesta no es menor: se trata de enfrentar en conjunto problemáticas sociales cada vez más acuciantes como el suicidio, la violencia intrafamiliar, los consumos problemáticos y la ludopatía, desde un abordaje integral y con fuerte anclaje territorial.

La reunión fundacional se realizó el 17 de junio y estuvo encabezada por el intendente Juan de Jesús, junto a la Directora de Instituciones de Bien Público, Laura Escalante, el concejal Facundo Nores y una amplia representación del Consejo Pastoral de La Costa, dividido en tres zonas. Estuvieron presentes:

  • Zona Norte: Jorge Alberto González, Daniel Yelpo y José Villalibre.
  • Zona Centro: José María Elissagaray y Karina Gregorio.
  • Zona Sur: Eduardo (apellido no detallado), Fernanda Flores, Abel Sepúlveda y Sergio Falcón.

El objetivo declarado fue claro: diseñar estrategias territoriales conjuntas, construir una agenda de trabajo coordinada y reconocer institucionalmente el rol social que las Iglesias cumplen en contextos de creciente desigualdad y descomposición del tejido comunitario.

“Entendemos desde el Estado Municipal el rol fundamental que cumplen las iglesias en nuestra comunidad. Muchos vecinos y vecinas se sienten referenciados y acompañados por estos espacios de fe. Por eso creemos necesario construir puentes para abordar en conjunto los temas que nos interpelan a todos”, afirmó Laura Escalante.

La funcionaria fue aún más tajante al señalar el contraste con el clima político y social nacional:

“Vivimos en una Argentina donde algunos intentan instalar el ‘sálvese quien pueda’. Nosotros creemos que nadie se salva solo. Por eso tejemos redes. Porque queremos estar cada vez más cerca de la comunidad”.


UN MODELO EN CONSTRUCCIÓN

El programa “Comunidades de Fe” no es un caso aislado en el país, pero sí se distingue por su alcance territorial y su coordinación directa con el Ejecutivo local. En distritos como Lomas de Zamora, Misiones y Tucumán, experiencias similares han logrado resultados positivos en contención de adicciones, reducción de la violencia y acompañamiento psicosocial, a partir de dispositivos que mezclan fe, educación, asistencia alimentaria y escucha activa.

Especialistas en políticas sociales coinciden en que la Iglesia sigue siendo en muchos barrios el último bastión de contención, especialmente en sectores postergados o fuera del alcance de políticas públicas sostenidas.

En ese marco, la acción del gobierno costero puede leerse como una respuesta pragmática, pero también como una apuesta ideológica frente al repliegue estatal que predican algunos sectores del gobierno nacional.


DESAFÍOS Y DILEMAS

Aunque la propuesta ha sido bien recibida por parte de las organizaciones religiosas, el desafío no es menor. Articular diferentes credos, evitar conflictos doctrinarios y garantizar que las acciones mantengan un enfoque laico, inclusivo y con perspectiva de derechos, serán claves para sostener la legitimidad del programa.

Además, habrá que resolver cuestiones operativas: ¿cómo se seleccionan las iglesias participantes? ¿Habrá protocolos comunes de abordaje? ¿Qué rol tendrá el Estado en la formación y seguimiento de los referentes comunitarios?

La experiencia reciente en otras provincias muestra que cuando el trabajo interinstitucional se estructura con claridad —roles definidos, objetivos medibles, articulación con salud y educación—, el impacto en la comunidad es real y mensurable.


UNA AGENDA ABIERTA

Los próximos pasos del programa incluirán reuniones barriales, mapeo territorial de problemáticas urgentes, y capacitaciones conjuntas. La Dirección de Instituciones de Bien Público se encargará de la coordinación general, en vínculo estrecho con los Consejos Pastorales zonales.

En un país donde el tejido social cruje, el Partido de La Costa lanza un mensaje distinto: la fe puede ser una herramienta de acción y no de evasión; un puente con la comunidad y no un refugio cerrado.

Queda claro que, al menos en este rincón del Atlántico bonaerense, el Estado no se retira. Se reorganiza. Y se alía con quienes caminan todos los días al lado de los que más sufren.