
El cónclave ya está en marcha: los cardenales se encierran en busca del sucesor de Francisco
Fecha: miércoles 7 de mayo de 2025 – 09:34
Lugar: Ciudad del Vaticano
Autor: Guillermo Apdepnur – Especial para Multimedios.AR
Con misa solemne, juramentos y un voto de secreto absoluto, comenzó el cónclave que elegirá al nuevo Papa. El Vaticano, epicentro espiritual del mundo católico, espera ahora la aparición del humo blanco.
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Con la muerte del Papa Francisco, la Iglesia católica se adentra una vez más en uno de sus momentos más solemnes y decisivos: la elección del nuevo pontífice. Este miércoles, el Vaticano amaneció envuelto en un clima de recogimiento y expectativa. Comenzó oficialmente el cónclave, el proceso reservado y cargado de simbolismo con el que los cardenales designarán al próximo líder de los más de mil millones de fieles católicos en el mundo.

La jornada se abrió con la misa Pro eligendo Pontifice, celebrada en la imponente basílica de San Pedro. Presidió el rito el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, quien en su homilía exhortó a sus hermanos a ejercer el discernimiento con “oración, humildad y un profundo sentido de responsabilidad ante Dios y ante la historia”.
Más tarde, los 133 cardenales electores —todos menores de 80 años, según lo estipulado por la normativa eclesiástica— se dirigieron en procesión hacia la Capilla Sixtina, corazón litúrgico y simbólico del cónclave. Lo hicieron acompañados por los antiguos cantos del Veni Creator Spiritus y las letanías de los santos, invocando la asistencia del Espíritu Santo.
Una vez dentro, cada cardenal prestó juramento solemne sobre los Evangelios, prometiendo mantener bajo secreto absoluto el contenido de las deliberaciones y votos. El mundo exterior se clausuró definitivamente cuando monseñor Diego Ravelli, maestro de ceremonias pontificio, pronunció el tradicional “Extra omnes”, ordenando la salida de todos los no electores.
Desde ese instante, los cardenales quedan aislados. Sin teléfonos, sin contacto con el exterior, sin ninguna forma de comunicación moderna. Solo oración, discusión reservada y votación. La Capilla Sixtina se convierte en un recinto donde se entrelazan la fe, la política eclesial y las expectativas del mundo entero.
La Iglesia católica atraviesa un tiempo de redefinición. El próximo Papa deberá enfrentar los desafíos de una humanidad en transformación: los conflictos bélicos, la crisis ambiental, el diálogo interreligioso, los escándalos internos aún no superados, y el papel de la mujer dentro de la estructura eclesial. Por eso, cada votación en este cónclave —hasta un máximo de cuatro por día— no es solo una elección: es una encrucijada histórica.
Afuera, en la Plaza de San Pedro, miles de fieles y periodistas aguardan la única señal visible de lo que ocurre en el interior: el humo que asciende desde la chimenea de la Capilla Sixtina. Negro, si no hubo acuerdo. Blanco, cuando el mundo tenga un nuevo Papa.
Hasta entonces, el Vaticano guarda silencio. Pero la historia ya está en marcha.
