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Nota realizada por : Guillermo Apdepnur

Incontrolable incendio en el basural a cielo abierto de la Ruta 11, en el kilómetro 409, vuelve a arder, y con él, arde también la paciencia de los vecinos de la región.

Mientras el humo tóxico invade las localidades cercanas, exponiendo a sus habitantes a graves riesgos para la salud, las autoridades municipales de General Madariaga insisten en hacer oídos sordos, perpetuando una gestión tan ineficiente como irresponsable sobre el manejo de los residuos.

En lo que podría considerarse un nuevo capítulo de improvisación administrativa, el intendente Carlos Esteban Santoro se reunió este viernes 17 de Enero con la ministra de Ambiente bonaerense, Daniela Vilar, en lo que parecería ser un intento desesperado por resolver la crisis del basural a cielo abierto de Ruta 11.

La gestión Santoro, que habría mostrado una preocupante falta de planificación en el proceso de expropiación del predio, sobre el manejo responsable de los residuos, ahora buscaría una salida financiera a través de fondos gestionados por Provincia.

Si bien el proyecto regional de remediación, que involucra a varios municipios costeros, contaría con financiamiento internacional del BID por más de 15 millones de dólares, las autoridades locales parecerían querer trasladar la responsabilidad de su propia imprevisión a las arcas provinciales.

La ministra Vilar, por su parte, habría manifestado que el proyecto es “prioritario”, aunque quedaría por verse si esta nueva estrategia no sería más que un intento de subsanar con dinero público una gestión que podría calificarse como improvisada desde sus inicios.

Sin embargo, este no es un problema aislado: los ecos de esta negligencia alcanzan a General Lavalle, donde el intendente Nahuel Guardia también parece estar mirando hacia otro lado, incluso mientras sus residuos se depositan en el mismo basural que hoy es una clara bomba de tiempo ambiental.

Un basural que funciona como vertedero regional

Según declaraciones recientes, el municipio de General Lavalle estaría enviando parte de sus residuos sólidos urbanos al basural de Madariaga.

Esto, lejos de aliviar la carga ambiental de Lavalle, evidencia la falta de soluciones reales para los mas de cuatro basurales a cielo abierto que el distrito Lavallense ya ostenta.

Con esta práctica, Lavalle no solo se convierte en cómplice de la contaminación, sino que también pone en riesgo a sus propios vecinos, ya que el basural de Madariaga es un espejo de lo que podría suceder en su territorio si no se toman medidas urgentes.

El basural de Madariaga, cuya administración recayó en el municipio Madagariense tras la expropiación del predio en 2021, se ha transformado en un monumento a la incompetencia.

Promesas de remediación, proyectos a largo plazo y palabras huecas han sido la única respuesta de las autoridades locales ante un problema que no solo contamina el suelo y el aire, sino que también pone en jaque la salud pública de toda la región.

General Lavalle: ¿el próximo Madariaga? basurales de General Lavalle HOY (enero 2025).

La situación de General Lavalle no es menos preocupante. Con cuatro basurales a cielo abierto que funcionan como focos permanentes de contaminación, el distrito enfrenta un futuro ambiental sombrío si no actúa de inmediato. La falta de infraestructura adecuada para la disposición final de residuos, combinada con la aparente indiferencia de sus autoridades, amenaza con replicar en Lavalle el mismo desastre que hoy vemos en Madariaga.

El basural de Madariaga es, en muchos sentidos, un aviso para Lavalle de las consecuencias que puede tener la inacción. Incendios incontrolables, gases tóxicos, contaminación de napas y la exposición de toda una comunidad a riesgos sanitarios son solo algunas de las realidades que podrían trasladarse al territorio de Lavalle si no se implementan políticas serias y responsables.

Un incendio anunciado, El intendente Santoro de Madariaga, parece no escucho las fuertes alarmas.

El fuego, alimentado por el gas metano que generan los residuos, se desató nuevamente esta semana, obligando a la intervención de bomberos de General Madariaga, Pinamar, Cariló y Villa Gesell. Mientras ellos arriesgan su seguridad en una tarea ingrata y que no les corresponde, la administración municipal permanece en silencio, dejando claro que su prioridad no está en la protección ambiental ni en la salud pública.

“Esto tiene para rato”, sentenció Hugo Piriz, jefe de los Bomberos de Villa Gesell, dejando en evidencia la incapacidad del municipio para evitar que el basural siga siendo un problema crónico.

La complicidad de los municipios y la falta de responsabilidad

El intendente de General Lavalle, Nahuel Guardia, no puede eludir su responsabilidad en este problema. Mientras sigue enviando residuos al basural de Madariaga, también deja sin resolver la crisis de los basurales locales. La falta de soluciones estructurales, como plantas de tratamiento de residuos o políticas efectivas de reciclaje, pone en evidencia una gestión marcada por la improvisación y la desidia.

El panorama es desolador: dos municipios que parecen competir por ver cuál puede gestionar peor sus residuos, mientras las comunidades aledañas pagan el precio con su salud y su calidad de vida.

¿Qué esperamos?

Lo que sucede en el basural de Madariaga no es un accidente ni un hecho aislado: es el resultado directo de años de negligencia, abandono y políticas centradas en la conveniencia económica antes que en el bienestar colectivo. La expropiación del predio en 2021 fue presentada como un avance, pero en la práctica ha sido una jugada política vacía de contenido ecológico.

El espejo de Madariaga no solo refleja lo que puede ocurrir en Lavalle, sino también lo que está ocurriendo en toda la región costera: un colapso ambiental producto de la falta de planificación, la desidia administrativa y la ausencia total de voluntad política.

La pregunta es inevitable: ¿seguiremos permitiendo que la negligencia de unos pocos condene a generaciones enteras? Lavalle y Madariaga tienen en sus manos la posibilidad de revertir esta situación, pero el tiempo para actuar se agota. Si los responsables no toman medidas urgentes, el humo que hoy cubre las localidades vecinas será solo el preludio de una catástrofe ambiental de dimensiones aún mayores.

Es hora de que los intendentes, tanto de Madariaga como de Lavalle, dejen de esconderse detrás de discursos vacíos y comiencen a trabajar por un futuro sostenible. Porque mientras ellos miran para otro lado, el basural sigue ardiendo, y con él, también se quema nuestra confianza en quienes deberían protegernos.