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Por Guillermo Apdepnur

Este 10 de febrero de 2025 se cumplen 113 años de la sanción de la Ley 8.871, más conocida como Ley Sáenz Peña, una normativa que marcó un antes y un después en la historia política argentina al establecer el voto universal, secreto y obligatorio para los ciudadanos varones mayores de 18 años. Promulgada en 1912 durante la presidencia de Roque Sáenz Peña, esta ley puso fin a un sistema viciado por el fraude y el clientelismo, garantizando elecciones más transparentes y representativas.

La primera gran prueba de esta reforma ocurrió en 1916, cuando la Unión Cívica Radical (UCR), liderada por Hipólito Yrigoyen, ganó las elecciones presidenciales en un proceso legítimo, desplazando del poder a la élite conservadora que había gobernado hasta entonces. Sin embargo, la ley tenía limitaciones: las mujeres seguían excluidas del sufragio, algo que recién se corrigió en 1947, con la sanción de la Ley 13.010 que instauró el voto femenino en Argentina.

El sistema electoral actual y los debates sobre su reforma

A lo largo del siglo XX y XXI, el sistema electoral argentino ha evolucionado, pero también ha generado discusiones sobre su transparencia y representatividad. En este contexto, dos cuestiones clave están en el centro del debate político actual: las listas sábana y las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias).

Las listas sábana son el método de votación en el que los ciudadanos eligen una lista completa de candidatos sin posibilidad de seleccionar nombres específicos. Este sistema ha sido criticado por limitar la representatividad real y favorecer el acomodo de dirigentes dentro de las estructuras partidarias, ya que quienes encabezan las listas suelen arrastrar a otros candidatos menos conocidos. Por ello, en los últimos años se han impulsado propuestas para reemplazarlo por un sistema de boleta única, donde los votantes puedan elegir candidatos individualmente y no en bloque.

Por otro lado, las PASO, implementadas en 2009, establecen una instancia de elecciones primarias obligatorias para todos los ciudadanos, definiendo qué candidatos de cada partido competirán en los comicios generales. Aunque se crearon con la intención de democratizar la selección de postulantes dentro de los partidos, con el tiempo han sido cuestionadas por su alto costo y su falta de competitividad en muchos casos, ya que algunos partidos presentan listas únicas, convirtiendo las primarias en un trámite innecesario. Actualmente, hay sectores políticos que proponen eliminarlas y volver a un sistema en el que cada partido defina internamente sus candidatos.

A 113 años de la Ley Sáenz Peña, Argentina sigue debatiendo cómo mejorar su sistema electoral. La eliminación de las listas sábana y las PASO son parte de una discusión más amplia sobre cómo hacer que el voto sea más representativo y eficiente, en un contexto donde la participación ciudadana y la transparencia electoral son más necesarias que nunca.

El legado de la Ley Sáenz Peña sigue vigente: el voto sigue siendo el pilar de nuestra democracia. Sin embargo, la discusión sobre cómo votamos y qué tan representativo es nuestro sistema electoral sigue abierta, y es responsabilidad de la sociedad y sus dirigentes garantizar que las reglas del juego sigan evolucionando en favor de una mayor participación y justicia electoral.